LIII
Intento olvidar
el sentido de tu tacto
el carmín de tu cuerpo
la ternura de tus ojos;
el roce de tus labios.
Intento prescindir
de la ternura de tu cariño,
de la caricia de tus manos,
de la suavidad de tus gestos.
Trazando la desnudez
de tu piel
a través de mi memoria,
intentando no pensar
en los besos de tu boca,
mientras aún me impregno
del perfume de tu mirada,
y te miro con los dedos
a través de la distancia
recordando tus mimos,
tus rasgos definidos
el oleaje de tu piel;
la respiración de tus latidos.
En un intento fallido
de poder olvidarte...,
hago cinco ejercicios de olvido
al día,
para poder recordarte.
Precioso
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